El Anfiteatro Flavio, conocido como el Coliseo, es uno de los símbolos de Roma e Italia en el mundo y es visitado cada año por millones de personas que desean aprender más sobre su historia.

Aún en excelente estado, es el anfiteatro más grande del mundo, que además de ofrecer una amplia vista de los espacios interiores, ofrece una espléndida vista de Roma cuando miras hacia afuera.

Imagina entrar en una arena milenaria, donde el tiempo parece detenerse y los restos de un pasado glorioso cuentan historias de batallas épicas y grandiosos espectáculos. Imagina caminar sobre el mismo suelo donde los gladiadores luchaban por la gloria y los emperadores celebraban victorias. Este es el Coliseo, una majestuosa estructura de piedra que domina el corazón de Roma, un símbolo inmortal de una era que dio forma al mundo occidental.

Fue construido en el siglo I d.C. en el corazón arqueológico de Roma por orden de los emperadores de la dinastía Flavia. En su interior, se llevaban a cabo espectáculos muy populares como cacerías y juegos de gladiadores.

Después de la abolición de estos juegos, el anfiteatro sufrió un lento declive, lo que lo llevó a convertirse en una cantera de materiales utilizados en la construcción de la Basílica de San Pedro o un refugio para animales antes de atraer a académicos y artistas que se dedicaron a excavaciones y restauraciones sistemáticas.

Hoy en día, el Anfiteatro alberga periódicamente exposiciones temporales sobre historia antigua y actuaciones modernas.

El Coliseo no es solo un monumento, sino un símbolo de Roma e Italia, un patrimonio precioso que debe ser preservado y transmitido a las generaciones futuras. Su encanto inmortal y su historia milenaria continúan emocionando e inspirando a visitantes de todo el mundo, convirtiéndolo en uno de los destinos turísticos más codiciados del planeta.